Título: En mi casa no entra un gato
Autor: Pedro
Zuazua
Fecha de publicación: 07/05/2018
Editorial: Duomo
ediciones
Páginas: 272
Precio: 14,90
€
Pedro
pertenecía hasta hace poco al grupo de la Resistencia Gatuna, formado por todas
aquellas personas que sin pudor decían «en mi casa no entra un gato, y punto».
Hasta
que un día conoció a Mía, una gatita blanca y parda que se instala en su piso y
no solo se adueña del espacio, sino que también conquista su corazón. Pedro no
podía imaginar hasta qué punto Mía iba a cambiar su vida.
Divertidas,
desenfadadas y emotivas, estas memorias gatunas desvelan todos los entresijos
del mundo de los gatos. Y mucho más. Porque, en realidad, ¿quién no ha sido
primerizo alguna vez?
Opinión
"Ese
peculiar ser que es el gato".
En
mi casa no entra un gato de Pedro Zuazua es un
libro que combina humor, ternura y reflexiones profundas sobre los gatos y sus
relaciones con los demás seres humanos. El autor nos ofrece una historia llena
de anécdotas personales, donde la verdadera protagonista es una gata (Mía) que,
contra todo pronóstico, se convierte en parte esencial de su hogar.
Es
un relato sincero y ameno sobre cómo un animal puede cambiar nuestra vida,
enseñándonos sobre amor incondicional, paciencia y el poder de las pequeñas
cosas. A través de un estilo narrativo ligero y accesible, Pedro consigue que
nos riamos y emocionemos a partes iguales. Lo más divertido de la novela, para
mí, ha sido ver cómo cada página refleja la resistencia inicial del autor a
tener un gato y cómo, gradualmente, Mía derriba todas sus defensas.
Los gatos son seres
territoriales. De hecho, a partir de determinado momento, que suele coincidir
con el primer o segundo día en el hogar, la casa pasa a ser de su propiedad y
tú te conviertes en su inquilino. Escogen dónde quieren tumbarse a dormir, deciden
qué muebles van a rascar para afilar sus uñas y se pasean por las diferentes
estancias con aire de propietario que ya ha terminado de pagar su hipoteca.
Este
libro me ha hecho recordar que yo de pequeña quería un perro y mi madre me
compró unos peces y una tortuga. Los peces murieron de sobredosis de comida y
la tortuga, un día bajé a la cocina, y estaba panza arriba con el jamón de York
flotando alrededor.
Yo
hablo con ella. Le digo que suelta tanto pelo que le podría hacer una almohada,
le canto cuando la peino (y a ella le encanta, se tumba y todo), le recrimino
que yo me voy a trabajar y ella se queda durmiendo en MI cama… y ella a cambio
maúlla y me da besos en los pies para pedir comida, me viene a recibir y se
tumba para que le toque la barriga, da volteretas, juega con el coletero y con
una brida (tantos juguetes para nada), se tira allí donde le viene en gana, me
muerde el pelo cuando está limpio y, sobre todo, duerme y ronca (y si es encima
de mí, mucho mejor).
En mi casa no entra un gato te hará mirar a los gatos con nuevos ojos y quizás te deje con ganas de adoptar uno. 🐾📖