El pasado 5 de julio tuve la suerte de asistir a la 71ªedición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, ya que me
encontraba allí visitando la ciudad. Sentada en las gradas de piedra de la Cavea
Central Baja, como antiguamente hicieron los romanos (aunque yo tenía un
cojín), disfruté de una adaptación moderna de Numancia, la tragedia
escrita por Miguel de Cervantes.
La
historia de Numancia es bien conocida: una ciudad asediada por los
romanos, un pueblo que decide morir antes que rendirse y una resistencia
heroica que ha llegado hasta nuestros días. Se explica cómo la decisión de un joven
valiente marcó el destino de Numancia, impidiendo que el general Escipión
recibiera la corona de triunfador. Y la Fama, un personaje de Cervantes, logró fijar
para siempre en la memoria el final de esta historia.
La versión que vi, dirigida por Jesús Cimarro, se mantuvo
fiel a la obra original, pero la adaptó a un formato más breve y dinámico, con
una duración de 105 minutos, en lugar de tres horas. Aun con esta reducción, no
sentí que faltara nada. La lucha desesperada, el sufrimiento, el heroísmo
trágico estuvo presente de principio a fin.
La puesta en escena fue magnífica, dejando que el Teatro
Romano se convirtiera en el verdadero protagonista; aportando una atmósfera
solemne, casi sagrada, que intensificaba la emoción. Estábamos
viendo una tragedia clásica en un escenario que ya existía cuando esas
tragedias se representaban por primera vez.
Los
actores también jugaron un papel clave, transmitiendo todo el dolor y la
dignidad del pueblo numantino. Su interpretación fue magnifica y muy cuidada,
y, además, contribuyeron a que el teatro cobrara esa aura tan especial. Cada gesto, cada palabra y cada
silencio parecían pensados para resonar en esas piedras antiguas y en el público,
logrando que conectara desde el primer momento.
Esta Numancia fue, sin duda, uno de los momentos
más poderosos del festival. Una tragedia eterna experiencia que solo podía
vivirse con la intensidad que ofrece el Teatro Romano de Mérida.
Información de interés: Numancia es la primera obra representada en este magnifico Teatro
Romano.
Las fotos de la obra están tomadas del siguiente enlace.
Oh, qué bonito. Estuve en Mérida hace unos años y me hubiese encantado porder asistir a un evento así.
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